Jednostka Unity bajo fuego tras la implementación de una nueva política de precios

Jednostka Unity bajo fuego tras la implementación de una nueva política de precios

La popular plataforma de creación de juegos, Unity, ha recibido duras críticas por parte de los desarrolladores tras revelar su nueva política de precios, la cual ha generado descontento generalizado en la comunidad de jugadores. La decisión de la compañía de aumentar los precios, las tarifas de instalación y otros términos complicados de alquiler ha llevado a muchos desarrolladores a sentirse engañados y buscar motores alternativos para la creación de juegos.

En los últimos tiempos, Unity ha enfrentado varios problemas de relaciones públicas, incluyendo un controvertido contrato con el ejército estadounidense y un aumento de precios discreto para los creadores de consolas. Además, el CEO de Unity, John Riccitiello, hizo comentarios ofensivos sobre los desarrolladores que no priorizan ganar dinero con los juegos, lo cual perjudicó aún más la imagen de la compañía (posteriormente se disculpó por sus palabras).

La última controversia comenzó cuando Unity anunció la introducción de Unity Runtime Fee, es decir, una política de pago para las empresas por cada instalación de un juego que supere cierto umbral. Sin embargo, este anuncio fue comunicado de manera deficiente, dejando muchas preguntas sin respuesta. Los desarrolladores se preguntaban, por ejemplo, cómo esta política afectaría a los juegos disponibles a través de suscripciones como Xbox Game Pass. Unity se vio obligado a emitir una serie de aclaraciones, asegurando que Microsoft asumiría la responsabilidad de esas descargas específicas.

La comunidad de desarrolladores de juegos ha reaccionado fuertemente a esta decisión, y diversas empresas han expresado su frustración y decepción en las plataformas de redes sociales. Incluso el desarrollador del popular juego Slay the Spire amenazó con cambiar de motor si Unity no cambia su política. Algunos creadores han desactivado los anuncios en sus juegos como forma de protesta, mientras que otros están considerando presentar una demanda colectiva contra Unity.

Los críticos de Unity argumentan que la compañía se ha alejado de su objetivo principal como motor de creación de juegos y se ha convertido en una red publicitaria que promueve malware. Alegan que este modelo de negocio puede beneficiar a los grandes desarrolladores y editores, pero deja a los desarrolladores más pequeños con opciones limitadas. Como resultado, motores como Gamemaker, Godot, Unreal y Defold han ganado popularidad como alternativas para aquellos desarrolladores que buscan un nuevo comienzo.

En resumen, el enfoque de Unity hacia su política de precios ha llevado a una importante pérdida de apoyo por parte de los desarrolladores, quienes ahora se sienten obligados a buscar soluciones alternativas para sus proyectos. Si Unity realizará cambios en su política en respuesta a la oposición de la comunidad, aún está por verse.